
Las flores
Las flores no respiran.
Las flores no respiran.
Un soplo vagabundo
les arrebata su aroma al pasar,
les arrebata su aroma al pasar,
y ese suspiro no pidió nunca un gracias para
ellas a los inviernos destructores
Cuando la vida nos entorna sus puertas,
Cuando la vida nos entorna sus puertas,
las plantas son nuestras hermanas,
y entonces comprendemos el cerrado sueño de las rosas
y sus vagas dulzuras.
Y, sin embargo, ¡tiene tanta ternura
Y, sin embargo, ¡tiene tanta ternura
la belleza de las flores! ¿Será posible
que no tengan amor? ¿No las ves cómo
se tienden al calor y se vuelven hacia la luz?
La planta, resignada,
ama el lugar en que su pie descansa,
y bendice el camino, feliz por abrirse
a todo lo que la acaricia,
y por perfumar la mano;
por hacer una visita intercambiando un sueño
en alas del aire mensajero, y por ofrecer llorando
lo mejor de su savia a un amante versátil;
por decir: «Tómame: yo la haré más bonita,
niña que puedes correr; en tus mano podré viajar,
aunque haya de morir después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario